Dicen que las comparaciones son odiosas, y así es. Probablemente comparar a dos jugadores, esperando de uno que te ofrezca un nivel que añoras que el otro futbolista del símil te ofreció, es la mayor carga que puede tener que soportar un jugador. Ningún profesional es clon de otro, pese a que puedan tener semejanzas. Lo bien cierto es que existen excelentes jugadores que dejan una huella imborrable dentro de la historia de un club de fútbol, este puede ser el caso de Roberto Fabián Ayala.
El defensor internacional albiceleste aterrizó en la capital valenciana en el año 2000, tras dos años en el AC Milan y después de haber ganado el Calcio (liga italina) en la primera de sus dos campañas en Milán. A sus 27 años llegó a Valencia a cambio de 3 millones de euros, en busca de minutos y éxitos, debido a que en el club italiano partía con la 'etiqueta' de suplente. Como todo valencianista conoce, en las 7 temporadas que vistió de blanquinegro logró sellar una página dentro de la historia valencianista con su nombre escrito en letras doradas.
Un 12 de junio de 2011 bajaba del avión en Manises un francés, internacional con la selección gala, de 25 años. Envuelto en una nube, después de una campaña de ensueño en la que había conseguido coronarse campeón de la Ligue 1 (liga francesa) y de la Copa de Francia con el Lille OSC, llegaba Adil Rami. Desde un primer momento supo que había recaído en un gran club, el Valencia Club de Fútbol. Las odiosas comparaciones llegaron desde el primer día. Inevitables al ver que a un central imperial, contundente, ambicioso, con potencia en el salto, pero también con buenos mimbres ofensivos en el balón parado, todo el mundo relacionaba el nombre de Rami con Ayala.
Rami, por su parte, tenía claro que no venía a borrar la historia de nadie, ni a ocultarla, sino a escribir la suya propia. Sin embargo, siempre tuvo en mente, y sigue teniendo, un referente en el que mirarse: Roberto Fabián Ayala. Heredó el 4 que vistió en su día "el ratón" Ayala, pero ahora quiere heredar su trono.
Tras dos días de entrenamientos en la vuelta al trabajo después de las vacaciones estivales, Adil Rami, vuelve con más fuerza que nunca. Convencido e involucrado en el nuevo proyecto que lidera Miroslav Djukic, que compartió vestuario con el zaguero argentino, se convertirá en su tercera temporada como blanquinegro en una piedra angular dentro de los esquemas defensivos del técnico serbio, para así tratar de seguir dándole forma a su historia valencianista, hasta que algún día se encuentre entre las leyendas más grandes.
Comienza una nueva etapa, la de la ilusión.
¡AMUNT VALÈNCIA! ¡AMUNT ADIL RAMI!
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